martes, diciembre 06, 2005

Liderazgo


Hoy en día, el liderazgo es algo que está en boca de todos: todos lideramos. Hablemos con quien hablemos, es difícil encontrar a alguien que en lugar de liderar, sea liderado. Raro deporte éste que permite tener tantos líderes como miembros en el equipo. Es como tener once Vanderlei Luxemburgo y ningún jugador al que organizar o dirigir. Así pues, seguro que nos espera el mismo final que al citado "mister", aunque dudo que obtengamos la misma indemnización.

Ahora bien, en el párrafo anterior se ha colado un gazapillo, ¿o no?. Seguro que ya lo han encontrado: efectivamente, se trata de "...organizar o dirigir." ¿O es que acaso es suficiente con eso? Si es así, entonces sí tenemos camiones y camiones de líderes; tantos como ejecutivos, directivos, miembros de alta dirección, directores generales, head managers, CEOs, presidentes o como nos queramos llamar, tenemos en nuestras empresas. Pero que yo sepa, eso no es suficiente para liderar. Como me decían en las añoradas clases de "mates": es condición necesaria pero no suficiente.

¿Qué es entonces liderar? Podemos darle las vueltas que queramos tratando de encontrar una definición perfecta al estilo de las últimas tendencias del "management". Sin embargo, la respuesta no viene del mundo de la empresa. En el mundo, en la vida, los líderes han existido siempre. La diferencia con nuestro tiempo es que también los necesitamos en el mundo de la empresa. En realidad, los necesitamos en todos y cada uno de los aspectos de la vida.

Bueno, en definitiva, ¿qué es un líder? ¿Cómo son? ¿Dónde están?
Vayamos haciendo una pequeña selección de lo que no es liderar y veamos entonces qué nos queda. Dicen que si no sabes lo que es, comienza por descartar lo que no es. Pues eso, allá vamos.

Para empezar, deben ser ejemplo, es decir, no vale eso de "haz lo que digo y no lo que hago" tan de moda últimamente. Esto elimina un buen espectro de sus primeros pensamienteo, seguro.

Deben tener principios. La verdad es que este comienzo es duro de tragar pero, eliminar la mala hierba produce más de un arañazo. Prosigamos entonces ahora que un 75% de nuestros candidatos se ha hundido en el barro.

Deben pasar desapercibidos. Esto complica bastante el asunto. Eso de ocultar las innumerables virtudes propias es un imposible, por lo que reduce los candidatos a líder a la nimiedad. La verdad es que los móviles hacen que la modestia se aleje de nosotros en cada una de nuestras conversaciones, especialmente si las mantenemos en aeropuertos y estaciones de tren. Además, cuanta mayor distancia haya a destino, más nos crecemos y braseamos a quienes nos escuchan, voluntaria o involuntariamente.

Su atracción debe ser reactiva y no proactiva, muy al contrario de lo que escuchamos en otros órdenes profesionales. El líder nunca persigue ni impone, es decir, nunca busca sino que es buscado. Aquí los tópicos se nos caen. Al fin y al cabo, el primer miedo que nos surgirá es el de pensar cómo mantendremos a nuestros liderados junto a nosotros. Bueno, ya que hablábamos de modestia y humildad, trasladaremos la pregunta a los demás: ¿cómo lo harán? Quien tenga la respuesta que me la envíe: estaré gustoso de publicarla.

Y sobre todo, no deben tratar de liderar, no deben esforzarse en ello, debe ser algo natural. Aquí echamos por tierra tantos y tantos libros que nos dicen cómo ser líderes, ricos, profesionales y un largo etcétera en una sola lectura. Cambien este último sustantivo por vida y verán cómo esos libros valen para menos de lo que nos prometen.

En definitiva, recuerden sus días de colegio, de juegos de calle o barrio y hagan memoria de qué hacía que todos siguiéramos a Fulanito o Menganito a donde quisieran llevarnos. Seguro que ustedes no saben qué hizo de ellos sus líderes, y ellos tampoco pero, una vez reconocido su magnetismo lo potenciaron, algunos hasta que se convirtió en tiranía y otros para que perdurara hasta hoy.

El liderazgo es fácil de reconocer, difícil de describir y más difícil aún de ejercer. No se preocupen, todavía tienen tiempo de hacer de su vida un camino que seguir. Cuando intuyan que están cerca del final miren hacia atrás y verán si han estado solos o sus pasos han hecho camino. Suerte...



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