domingo, diciembre 18, 2005

Filosofía en la empresa


Quizá si han leído el título no haya nada que desvelar. Seguramente estarán pensando que a nuestro querido capitán Gonzo "se le ha ido la croqueta". No creo. Y hoy menos que nunca.

La verdad es que es difícil no pensarlo, hablar de filosofía y además en la empresa, en un tiempo en el que el referente social pega patadas a un balón, es una expresión soez de las alcahuetas de hace siglos pero sale en la tele, o se hace rico de inmediato por crear nada, simplemente por corromperse o especular. ¿Les suena? Seguro que sí. Al tajo pues.

¿Quiero entonces decirles que no existen valores? Ni mucho menos. Simplemente son bastante menos altruistas o nobles de lo deseado pero, haberlos haylos.

Estamos viendo cambios en la empresa, y pronto llegarán a la sociedad. Todo lo que deslumbra va perdiendo valor mientras que aquello que está en el interior, lo que no es percibido a simple vista, comienza a atraer más y más. Hablamos así, en la empresa, sí, de interés por las personas, de inteligencia y liderazgo espiritual (la inteligencia emocional ya está superada). Bueno, a ver si ahora nos dedicamos a darle a los platillos y cantar el hare krisna con traje y corbata. No es necesario. En absoluto. Se trata simplemente de aunar, coordinar dirigir esfuerzos hacia una visión única, la del líder.

¿Y no les suena esto? Eso de que haya alguien que vea algo que los demás no vemos, que además sea capaz de transmitirlo, y que, aquí viene el malabarismo, nos lo haga aceptar y compartir. A mí sí, y no por haberlo visto u oído en la empresa. Como la Navidad, me hace recordar mi infancia, cuando me hablaban de humanidades, de gente que, a pesar de ser incomprendida defendía sus valores e ideas por encima de todo, de una palabra olvidada, sacrificio, de la autoridad frente al poder.

En fin, de personas que tenían valores y que además, se preocupaba de pensar. Casi nada, de pensar en qué hacemos aquí, porqué nos comportamos como lo hacemos, qué debemos esperar y un largo y profundo etcétera sin olvidar el esencial ¿a dónde vamos? Quizá ahora estas preguntas les suenen familiares si las trasladan a la empresa. Eso es, humanización del puesto de trabajo, motivación, equilibrio de la vida familiar y laboral, flexibilidad, misión, visión, estrategia, etc. Aquí tenemos las respuestas. Y las preguntas a las que contestan son las ya nombradas unas líneas antes, aunque trasladadas al mundo de la empresa.

Ahora bien, ¿Tenemos todos la gracia de responder a estas preguntas? Es más, ¿nos las planteamos? No se preocupen si la respuesta es un no rotundo. Déjese llevar por esos filósofos actuales, esos que nos indican un camino que no sabemos ver. Y así, siempre podrá eludir toda culpa si la cosa se pone como en el Mar Rojo y al Moisés de turno no se le abren las aguas.

Ahora bien, Usted no trate de comportarse como no es, simplemente sea natural y si quiere cambios, trate de ser mejor persona antes que mejor jefe y verá como no le hace falta atravesar las aguas a nado. Nos vemos en la otra orilla…


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