sábado, enero 26, 2008

¿El Huevo o la Gallina? .-

Si por algo se me conoce y recordará en mi andadura profesional en esta empresa es por la facilidad para endiñar con la que me prodigo. Lo que sea, la verdad es que me desenvuelvo con soltura en todo tipo de arte: desde objetivos hasta responsabilidades pasando incluso por recomendaciones de lectura. Un fenómeno, oigan. Pero un incomprendido también. Qué se le va a hacer, son cosas del oficio.

De hecho, cuando hace ya un tiempo preguntaron por la frase que mejor me definía, oh sorpresa, esta fue “te lo endiño”. Entenderán ahora porqué mi despacho tiene menos visitas que el peluquero de Anasagasti, no vaya a ser que al verme les replique el modelito capilar del pollo en cuestión y encima se vayan de allí con trabajo para varios días. Por cierto, no sé si este hombre tiene peluquero o mondador porque parece que le hayan confundido la cabeza con una naranja, se hayan puesto a mondarla y al final haya dejado el trabajo sin finalizar, dejándole colgando toda la monda sujeta por un repelillo en un lateral de su croqueta. ¿Lo han visto en un día de viento? Seguro que saben a lo que me refiero.

Pues como les decía, sí, me confieso, soy un adicto endiñador, esclavo de mi vicio y fiel a mi reputación. Por eso, y sirviendo de precedente, esta vez cambiamos las tornas. Así, en lugar de leer cómodamente en la sillita frente al ordenador les pido que sean más activos que pasivos y respondan a una pregunta. Pueden seguir sentaditos en la misma silla y posición pero, ala, denle a la tecla y a la croqueta. Exacto, paso de trabajar a endiñar, que también requiere su esfuerzo, no crean.
Ahí va pues the question: ¿es indiferente el orden de los factores en la siguiente inecuación? Operativa < > Estrategia, representando el signo < “debe acometerse después de” y > ”debe acometerse antes de”.

Y no me contesten con un to be or not to be, que las ambigüedades no valen en este ejercicio. Así pues, mójense y díganme si es preferible acometer la operativa antes que la estrategia o viceversa. Es decir, si no le pego a las dos cosas con naturalidad y éxito (pequeño detalle este), ¿en qué debo centrarme? Ah, y digan también el porqué, no me contesten con un estrategia u operativa. Estírense y no me sean parcos.

No vayan a hacer como aquel estudiante de medicina que casi alcanzaba la edad del catedrático, de anatomía en este caso. En una clase práctica, al haber dejado al descubierto un fémur del paciente (por lo de paciencia, más que nada porque estaba muerto y tiempo le sobraba todo el que quisiera), el catedrático dijo: a ver, usted, el pelos ese canoso del final, ¿nos puede decir qué es esto?

El alumno, que estaba haciendo de cada curso una licenciatura con máster, no por la profundidad sino por la duración, se acarició la barba, canosa ya, miró el cadáver y tras unos segundos dijo con un marcado acento castizo: “eso, eso es un güeso”.
El catedrático, sin inmutarse le replicó: “Efectivamente, excelente deducción. Le agradecemos que no quiera abrumarnos con detalles pero, adelante, díganos de qué hueso se trata”. A lo que el aventajado alumnos contestó: “¡Eh! Que no voy “pa’ nota”.

Pues eso, no me escatimen detalles y expláyense si no quieren que la próxima vez que nos crucemos les endiñe uno del 15. O peor aún, saque las tijeras del bolsillo y les pele la mandarina siguiendo el manual de corte de la señorita Pepis. En fin, que siempre será mejor colgar un comentario en este blog que no sufrir al Capitán Gonzo Manostijeras.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra ver que has recobrado tu pulso narrativo. Tendré que ponerme al día.

Capitán Gonzo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Capitán Gonzo dijo...

Gracias Pablo. Por cierto, a ver cuándo te pasas por el blog dejando constancia escrita y "con abundansia" además de a vernos por tu vieja empresa.